Datos relevantes de los Dioses de la cultura Maya

Misteriosa cultura maya, destacada por su arte impresionista, su matemática, astronomía y particularmente por su creencia en muchos dioses; inventados como seres mortales que debían ser alimentados con derrames de sangre, quema de incienso, danzas, y, a veces, sacrificios humanos para sobrevivir, excusándose en ser un ritual en su honor.

Los dioses de la mitología maya simbolizados artísticamente como seres sobrenaturales representados por figuras de algunos animales y de elementos vegetales, a través de las que actualmente se tiene una imagen de quienes eran aquellos seres habitantes del cielo, la tierra y el inframundo.

¿Quiénes eran esos Dioses?

Establecer cuál es el principal Dios maya resulta complicado, pues esta civilización se definía por creer en muchos dioses asociados a diversos elementos de la naturaleza, siendo estas expresiones físicas de lo sagrado, numerosos de estos dioses tenían particularidades duales como humano–animal, viejo–joven, hombre–mujer y sus decisiones dependían de su estado de ánimo. Los dioses o seres omnipotentes eran vistos como energías capaces de presentarse en la realidad, información que tenemos hoy en día gracias a los pocos manuscritos que quedaron y a sus explicaciones a través de esculturas o pinturas. Se conocen que los principales representaban el sol (Hanab Ku), la lluvia (Chaac), el maíz y protector de los animales (Yun kaax), la muerte y el fin de los ciclos (Ah Puch), la luna, de la fertilidad, el amor y la lluvia (Kauil).

De sus relatos apasionantes

Los mayas se regían por el poder de sus dioses, que los llevaron a la disposición de una compleja serie de calendarios, a realizar diversos sacrificios humanos para satisfacer el deseo de las divinidades y evitar su ira. Son innumerables los dioses existentes en la cultura maya, pero cabe destacar que existió el dios de la sabiduría Itzamná, que era adorado como señor de los cielos, del día y la noche, era tratado como el dios supremo, era acompañado por Ix Chebel Ya’ax, su esposa, diosa de la pintura y el bordado. Sin embargo, no superaba a Hunab Ku el centro de la galaxia, el corazón, la mente y el ser creador, invocado a través del sol y el centro del universo, donde ubicaban su presencia.

Evidentemente, esta fue una de las civilizaciones más importantes y trascendentes de todos los tiempos, marcada por profundos dogmas de que a través de la sangre, muerte y sacrificios conseguirían la aceptación de los dioses que adoraban.